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Cuando tu principal meta... es el respeto!

  • SANTO CORONADO
  • 8 oct 2015
  • 6 Min. de lectura

Cristian Amado es un joven de 24 años que pasa sus días entrenando en un Gimnasio, de nacionalidad Colombiana/Española que pronto, muy pronto, aprendió a pelear por su vida y hacerse respetar... Los primeros años de vida los pasó en una casa de acogida junto a su hermano pequeño. Sus padres adoptivos, un Teniente Coronel y una profesora de Física y Química, recuerdan la escena de Cristian con cicatrices en la cabeza, desnutrición, calvicie producida por la misma, manchas en la piel y plantillas por pies planos… Cristian no recuerda nada de su infancia, de sus días en una casa de acogida, tan solo las cicatrices marcadas en su cuerpo. Debido a la hiperactividad y nerviosismo que Cristian proyectaba en el parvulario aquí en España, se le hicieron pruebas de todo tipo, la preocupación de sus padres era evidente. Cristian, cuando empezó en el colegio, era el único extranjero. Además tenía problemas de concentración al realizar los ejercicios en clase. Los demás niños lo veían como un ser diferente y, por lo tanto, como una amenaza. Pasaba sus días bajo la presión psicológica por su hiperactividad, le hacían meterse en conflictos consigo mismo y con los demás compañeros. El desasosiego de la madre de Cristian, le hizo abandonar su trabajo para dedicar su vida a cuidarle a él y a su hermano; su padre renuncio al ascenso de Coronel para evitar estar destinado de ciudad en ciudad y emplear más tiempo en la educación de sus hijos. El padre de Cristian jugaba con él y le dedicaba mucho tiempo. Es tal la fijación que su padre tiene por el bienestar de su hijo, que le llevará a perder numerosas amistades, tanto en el club militar como en camping donde pasaban los días de veraneo. El amor que su padre siente por el se refleja en la mirada de Cristian y en los comentarios durante el relato de sus experiencias. El carácter de su padre se veía reflejado cuando se metía en problemas, habiendo tenido una educación no tan permisiva, no olvida su educación los valores que le dieron desde pequeño y eso es lo que hace que se dé cuenta que es lo más importante vivir en paz. Cristian abandonó sus estudios muy temprano, empezó a fumar con 14 años, siguió con su política de la ley del más fuerte, rodeándose de la gente de su barrio donde empezaba a hacer sus primeros robos, sus primeras peleas, sus pequeñas historias, donde las cicatrices de su pasado marcarán su mirada. Su frustración lo llevaron a llenar ese vacío interior y se refugió en los porros, alcohol etc… dichas sustancias le producen más agresividad y pasa los días alrededor de las peleas, la locura, el desengaño, proyecto hombre, UCA y la policía. Comienza una carrera delictiva de la cual muestra una gran dosis de arrepentimiento. Así como Cristian tenía problemas en sus estudios y a la hora de relacionarse con los demás, sus padres reconocen en él a un autentico atleta, puesto que deportes como el Tenis, Yudo, waterpolo, Karate etc… se le daban muy bien. De su padre adoptivo hereda el alma de líder. A Cristian siempre se metía en las peleas por culpa de no pensar las cosas. Sus amigos le decían que se apuntara a boxeo que se le daba bien defenderse cuando había problemas. Es en ese momento cuando le dice a su padre que quiere apuntarse a Boxeo como un reto El padre le dijo que no, por miedo a que siguiera metiendose en líos y acabara en la cárcel. Le propone un trato: dejar las malas compañías, dejar de meterse en líos y drogarse y a cambio, él lo apuntaría. Cristian, desafiante, cree saberlo todo y en un principio se muestra reacio, sigue con sus peleas callejeras y los porros, confiesa que siente como pierde el rumbo… De las peleas, pasa a juntarse con gente que saca puñales, tiene un don especial para rodearse de gente sin esperanzas. En un momento de reflexión, piensa que de seguir así, tarde o temprano puede acabar muerto o en prisión para una larga temporada. Cristian no quiere eso para su vida, así que decide meterse en el gimnasio como válvula de escape. Su entrada en el Gimnasio fue pletórica, el renacer de una nueva persona. Poco a poco se daría cuenta que cada gota de sudor y sacrifico sería la única forma de encontrarse consigo mismo. Fue un punto para poder estar tranquilo. Aun recuerda momentos como los ocho puntos que le dieron en el ojo a causa un entrenamiento, costillas inflamadas, cómo tumbarlo, cómo aprender a levantarse, cuando ya no podía mas disciplina, cómo ser más humilde con cada contrincante, cómo aprender que en esta vida nadie te da nada… Su padre nuevamente entró en escena y le propuso que él pagaba el gimnasio si dejaba de fumar y las malas compañías. Cristian, en un principio sólo quiere rivalizar contra su padre y ganarle el reto, por lo que decide abandonar los malos hábitos y marcharse a casa de sus tíos para desengancharse. Lo pasa fatal, los médicos le preguntan que cuáles son las sustancias que ha estado tomando para tener tales escalofríos y tener que recurrir a taparse con siete mantas. No lograba ni tan siquiera llegar al baño, lleno de temblores y escalofríos, su tia lo tenía que acompañar… Logra superar en tres meses sus adicciones y de nuevo vuelve a casa con sus padres. Al entrar en el gimnasio, su peso era de 54 kilos y en poco tiempo, logra subir a 76. Cristian era un sparring. Su primer entrenador sólo le dejaba guantear con los mayores y se llevaba leches a diestro y siniestro, pero se le daba bien encajarlas y pelear; su segundo entrenador, le recomienda seguir los pasos de un Boxeador que es muy bueno y esto motiva a Cristian para seguir teniendo interés por mejorar. Sigue los pasos del entrenador del boxeador que se iba a pelear con uno de los mejores fúgiles del mundo, un tal "Manny Paquiao” el cual es un Cristiano Ronaldo pero en el mundo del Boxeo. El segundo entrenador se fue, pero Cristian sigue entrenado. A los ocho meses se le presenta su primera pelea. Llega el primero al complejo deportivo y no había nadie, Cristian reconoce que sentía miedo y piensa en marcharse corriendo. Medita , recapacita e imagina lo que sus compañeros y amigos pensaran de él si abandona y decide no quedar como un rajado enfrentándose nuevamente a sus miedos; sube al ring y en el primer round, los nervios se le apoderan, se lleva una buena tunda. El contrincante se ríe de Cristian y en ese momento la ira, la rabia y el coraje que lleva dentro, salen a relucir. En el segundo Round, se enfrenta con más calma y, utilizando las técnicas que había aprendido durante los ocho meses de entrenamiento, logra impactar en la nariz del contrincante con un derechazo y se proclama campeón. En su segunda pelea pierde contra un luchador según el "con carita de ángel" . Cristian no se lo puede creer y quiere pegarle de nuevo… Su padre entra en acción y se lo lleva a casa. De camino, se queda dormido en el coche y al día siguiente sigue entrenando, su tercera pelea la gana. Gana cinco combates más en el segundo asalto por K.O de los 14 que ha disputado en esa categoría. Se le daba bien el boxeo, hace pocas peleas en amateur y le suben muy rápido a profesional. Él vuelve a recaer, esta vez aun más fuerte, pero como dicen Cristian y su familia, “si te caes, te levantas”. les costó mucho esfuerzo, lagrimas, juicios, pero como gran luchador que es, decide parar, coger aire, olvidar su pasado… Empieza dar clases para ayudar a gente que haya pasado por la misma situación, porque él sabe que puede comprenderlos y guiarles, ve el boxeo como el noble arte de dar todo por algo que merezca la pena. Cristian Sigue entrenando y luchando por su vida honestamente. Ganar no lo es todo, pero si lo es, querer ganar... "La historia de Amado" Never Give Up!

Mas Fotos siguendo el enlace en Rojo: Link: ROUND 1

Localización: Master GYM www.santocoronado.com *----------------------------------->>>>>

 
 
 

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